Crítica de cine: Una loca película de vampiros

Es sorprendente cómo se ha desvirtualizado el subgénero de la parodia, que a fines de los 70 brilló de la mano del famoso trío conformado por Jim Abrahams y los hermanos David y Jerry Zucker. Ellos fueron los autores de ¿Y… dónde está el piloto?, Súper secreto y ¿Y… dónde está el policía?


Esta película intenta reírse del vampirismo contemporáneo, específicamente de la taquillera saga Crepúsculo. Tenemos entonces a una adolescente que se muda junto a su sobreprotector padre a un pequeño pueblo, luego de que la madre tuviera un romance con Tiger Woods.

En ese escenario conviven vampiros y hombres lobo, y la chica despertará los afectos tanto de un vampiro como de un licántropo. La cinta es pobre en su propuesta y la mayoría de los chistes funcionan apenas, sobre todo si no se han visto las películas originales.

Por ello, lo más rescatable es la desconocida Jenn Proske, quien imita de manera muy precisa al personaje de Kristen Stewart, con todos sus tics y manierismos. Con el resto, mejor abstenerse.

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